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Terror al entorno: Bier, Shyamalan, Darabont, Hillcoat

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En la cinematografía abundan los casos de extrañas amenazas que ponen en riesgo a una familia, una comunidad, una ciudad o al mundo. Ya se trate de extraterrestres, epidemias, volcanes, terremotos, tsunamis, desastres (naturales o causados por personas negligentes o perversas), alteraciones del reino animal o vegetal, experimentos fuera de control, y un largo etcétera.

Lo que el tiempo ha demostrado es que lo menos interesante son los efectos especiales (que invariablemente se avejentan pronto), lo principal es la robustez del guión para exponer las conductas humanas en tales circunstancias extremas.

LA LUZ

A ciegas (Bird box, 2018, Susanne Bier) es una cinta que combina con eficacia suspenso, terror psicológico y acción. Una extraña epidemia impele a la gente a provocarse daño. El contagio se contrae al observar la luz. La parábola es interesante para una sociedad anclada hasta el exceso en el sentido de la vista. A diferencia de Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago, aquí la gente no pierde la vista; debe mantener los ojos cerrados para salvarse.

La cineasta danesa Susanne Bier, galardonada en 2011 por En un mundo mejor, hace gala de solvencia narrativa. La película inicia como un disparo y la trama corre como un proyectil que nunca sabemos dónde hará blanco. La tensión se sostiene mientras el relato salta entre presente y pasado. De manera inteligente, van siendo dosificados los detalles acerca de la amenaza desconocida pero implacable. La construcción de los personajes y las actuaciones son eficientes.

La cinta se desarrolla sobre una pregunta fundamental: en condiciones extremas, ¿qué espacio queda para el humanismo, para la solidaridad, para la ternura, para la esperanza?

EL VIENTO

El fin de los tiempos (The Happening, 2008, M. Night Shyamalan) plantea una reacción imperceptible pero fulminante de la naturaleza como reacción al comportamiento ecocida de la humanidad. Una toxina natural (al parecer generada por las plantas) desata el impulso suicida entre las personas.

En esta cinta, el viento se convierte en un actor más, al fungir como el preludio del desastre, «el heraldo de la fatalidad», según lo describe Shyamalan.

Escrita, producida y dirigida por Night Shyamalan, combina con solvencia suspenso y terror psicológico. Como contrapunto, destacan dos elementos: un profesor que intenta aplicar en todo momento la lógica científica, y los sutiles toques de humor que aligeran por momentos la tensión, como la escena en la que un grupo en fuga entra a una casa «modelo» donde todo es falso aunque está en un medio silvestre; el inmueble promueve la futura construcción de casas de lujo. Al salir para continuar huyendo, pasan al lado de un anuncio espectacular del fraccionamiento que grita «¡Usted merece esto!»

LA NIEBLA

Sobrenatural (The Mist, 2007, Frank Darabont) está basado en una novela de Stephen King, lo cual ya augura suspenso y terror. Una desastrosa tormenta es el preámbulo de un suceso inexplicable que amenaza a un pequeño poblado. La desesperación y el pánico dan pie a una serie de confrontaciones que revelan lo peor (y lo salvable) de los individuos. En el centro de la trama surge la pregunta: ¿Qué es más aterrador, criaturas letales o la conducta de la gente al caer presa del miedo?

La decisión de dar forma física a la amenaza (insectos monstruosos), de explicar vagamente el fenómeno como un experimento militar interdimensional, así como algunos desbordes dramáticos dentro de la paranoia, terminan por debilitar ligeramente la trama. No obstante, el retrato de la histeria colectiva es excelente, así como el salto hacia el fundamentalismo. El final es brutal y estremecedor.

EL CAMBIO CLIMÁTICO

La carretera (The Road, 2009, John Hillcoat) es una fallida adaptación de la novela homónima de Cormac McCarthy. El clima del planeta se ha colapsado y con él la civilización. Hay escasez de alimentos, rapiña, salvajismo. Desafortunadamente, el director decidió suavizar al personaje central de la novela, de manera que el padre, la figura hierática e inconmovible, para quien la severidad es un requisito de supervivencia, en la película pasa a ser amoroso con su hijo, reflexivo, casi poeta y filósofo, y con ello la estremecedora historia de McCarthy perdió gran parte de su fuerza.

[ Gerardo Moncada ]

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