Activistas

Monsanto y Gobierno Federal contra los apicultores (y las abejas) de Yucatán

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21 oct 2015.- La apicultura es una actividad ancestral en la Península de Yucatán. De ella dependen miles de familias. Sin embargo, esto no ha importado a la corporación Monsanto que, con el aval de la Secretaría de Agricultura y la de Medio Ambiente, ha iniciado una siembra a gran escala de soya transgénica. Para ello, arrasa con la selva de la región y dispersa grandes volumenes de plaguicidas tóxicos que están contaminando los cuerpos de agua y aniquilando las colonias de abejas.

La selva maya en peligro:

Por lo anterior, los apicultores están solicitando apoyo para frenar a Monsanto y el gobierno federal antes de que sea demasiado tarde. En una carta que entregarán a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, respaldada por más de 60 mil firmas, explican:

“La apicultura y la meliponicultura son actividades ancestrales y tradicionales del pueblo maya. En los tres estados que conforman la Península de Yucatán hay más de 15,000 familias mayas dedicadas a esta actividad. La apicultura se sustenta en la gran riqueza cultural y ambiental de la selva y las comunidades mayas, formado un círculo virtuoso que permite a la población obtener un ingreso económico importante, así como la conservación de la biodiversidad. Este círculo virtuoso se ve hoy amenazado por el permiso que las autoridades mexicanas, como la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Alimentación y Pesca (SAGARPA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), han expedido a favor de la empresa Monsanto para la siembra de soya genéticamente modificada en 253,000 hectáreas en la Península de Yucatán, la Planicie Huasteca y Chiapas. En la Península de Yucatán, el permiso afectaría a más de 15,000 familias campesinas de origen indígena maya que viven de la apicultura, una actividad económica sustentable.

“La siembra de esta soya transgénica implica el uso del herbicida glifosato, clasificado en 2015, como probablemente cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud. Con la siembra de soya transgénica se ha presentado un proceso de deforestación acelerada de la última selva mexicana; el uso de glifosato está contaminando el subsuelo y las fuentes de aguas de que dispone la Península de Yucatán. Expertos mundiales han mostrado que la siembra de soya transgénica en otros países ha traído como consecuencia la concentración de la tierra, la pérdida de empleos, daños a la salud, la deforestación de bosques y selvas, y desertificación, generando nulos beneficios a los campesinos y grandes ganancias a empresas como Monsanto. No en balde son cada vez más los países que prohíben la siembra de transgénicos en su territorio.

“A pesar de las múltiples y graves consecuencias e impactos de la soya transgénica sobre las comunidades y los apicultores mayas y su patrimonio biocultural, nunca hubo una consulta libre, previa e informada, a través de la cual pudieran decidir sobre el modelo de desarrollo agrícola que deseaban seguir. Esta omisión es una violación a los derechos indígenas, en particular del derecho a la consulta libre, previa e informada. Tampoco se hizo efectivo el principio precautorio, que obliga a priorizar el medio ambiente y la salud por encima de tecnologías que no hayan garantizado que no causan efectos nocivos para la biodiversidad o la salud humana.

“Ante estas y otras violaciones a los derechos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene la oportunidad de confirmar las sentencias que Jueces de Distrito de Campeche y Yucatán otorgaron a favor de comunidades y asociaciones de apicultores mayas por violarse su derecho a la consulta y el principio precautorio, cancelar definitivamente el permiso otorgado por la Sagarpa a la empresa Monsanto para la siembra comercial de soya transgénica en México y generar criterios novedosos en materia de consulta, libre previa e informada, así como de protección al patrimonio biocultural”.

Si quieres apoyar con tu firma, hazlo aquí.

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Esta petición la inició Gustavo Huchín Cauich, apicultor maya del municipio de Hopelchén, en el estado de Campeche, quien refiere: “Hace apenas 18 meses, hombres y mujeres apicultoras de la Península de Yucatán logramos una histórica victoria sobre Monsanto y su aliada Sagarpa cuando jueces federales nos otorgaron la razón, cancelando el permiso para la siembra de soya transgénica en nuestro territorio”.

Sin embargo, la empresa y el Gobierno Federal (como si fuera agente de la corporación) impugnaron este fallo y el proceso legal fue atraído por la Suprema Corte de Justicia de la Nación la cual iba a resolver definitivamente el 28 de octubre, pero nuevamente aplazó la decisión supuestamente para atender en un solo dictamen los siete amparos interpuestos por los apicultores [ve la noticia aquí].

En tanto, siguen sumándose los apoyos a los apicultores mayas y el rechazo a Monsanto, una trasnacional que pretende establecer un control corporativo de los cultivos para su beneficio. Por nuestra propia seguridad, necesitamos detenerla.

[Gerardo Moncada]

 

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2 comentarios

  1. Hola Gerardo!! Que gusto leerte!
    El link para firmar me manda a una foto, podrias publicar de nuevo donde podemos firmar y apoyar a los apicultores.
    Gracias
    Un abrazo
    Adriana

    1. Hola Adriana, por el momento cerraron la recepción de firmas porque entregaron en la Suprema Corte las que ya habían recibido ((63 mil). Pero estaremos al pendiente por si renuevan la petición de alguna forma de apoyo para esta causa. Saludos.

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