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La Edad Media, de José Luis Romero

Uno de los más populares libros de consulta sobre el Medievo. El Fondo de Cultura Económica lo ha reimpreso en más de veinte ocasiones.

La Edad Media es un libro que goza de la notable y escasa cualidad de ser a un tiempo riguroso y ameno. Como buen breviario, es un tratado resumido, sólidamente documentado, que ofrece una visión fresca de una época que suele ser menospreciada y malentendida.

La Edad Media es un periodo de intenso forcejeo entre la tradición y la novedad, lucha que se presenta desde el inicio de esa época, cuando el imperio romano ya se caía a pedazos pero su aristocracia y la Iglesia se negaban a aceptar el fin de una antigua forma de vida.

«Mi voz se extingue y los sollozos ahogan mis palabras. Había pensado comenzar hoy mi estudio sobre Ezequiel; pero era tal mi turbación al pensar en la catástrofe de Occidente, que por primera vez me faltaron las palabras; largo tiempo he permanecido silencioso, persuadido de que estamos en el tiempo de las lágrimas», escribió San Jerónimo.

En contraste, Salviano sostenía que los males de la época provenían de la infamia y los vicios de los romanos, y que la virtud de los pueblos bárbaros -viejo argumento de Tácito- podía constituir un remedio eficaz (De gubernatione Dei).

De hecho, los invasores al agónico imperio romano convivieron con la vieja clase gobernante y se acoplaron a las formas de vida locales. «La actitud de la minoría conquistadora no fue de sistemática hostilidad contra la antigua aristocracia, sino que, más bien, se manifestó como un intento de atracción con el solo requisito de que aceptara su mutilación en el plano político». La Iglesia sería el reducto de quienes aspiraban a defender las estructuras tradicionales de la romanidad cristiana.

Época de cambios

Con sólidos argumentos y múltiples referencias, el historiador argentino José Luis Romero muestra cuán equivocados están quienes califican al Medievo solamente como una etapa «oscurantista», de parálisis o incluso de retroceso. Nada más alejado del panorama que nos presenta el autor. Si bien historiadores como Johannes Bühler han destacado la fuerza que adquirió el pensamiento cristiano sobre el conjunto de la sociedad y la dominación que esto produjo (Vida y cultura en la Edad Media, FCE), Romero se centra en aspectos menos discutidos, como los diversos cruces entre las variables políticas, económicas y sociales.

Este ensayo histórico destaca el surgimiento y progresivo encumbramiento de nuevos actores que hoy siguen ocupando un sitio relevante en la sociedad contemporánea, como los artistas y los intelectuales, así como la burguesía manufacturera, los banqueros y los comerciantes. El desarrollo y auge de estos grupos fue posible en un entorno que adquirió fuerza en oposición a los feudos: las ciudades.

El feudo se caracterizó por ser una unidad económica, social y política de marcada tendencia a la autonomía. Había sido concedido a un noble que a cambio prometía vasallaje, pero esta dependencia se debilitó conforme los señores feudales adquirieron mayor poder y riqueza, lo que derivó en una constante confrontación (abierta o encubierta) entre la monarquía y la nobleza. «Durante los primeros tiempos de la época feudal, crecieron y se organizaron las monarquías occidentales en medio de una constante lucha interna entre los señores que defendían sus prerrogativas y la realeza que pugnaba por contener a aquellos. En esta lucha la corona comenzó a buscarse aliados, y los halló muy pronto en la burguesía, que por entonces empezaría a constituirse en las ciudades, protegida por los reyes».

Las ciudades crecieron rápidamente mientras se desarrollaban en ellas las artesanías y el comercio. Se convirtieron en una fuente financiera para el monarca y en un espacio en el que la población se liberaba de la opresión de los señores feudales. «Los reyes vieron en las poblaciones de las ciudades sus aliados naturales contra los señores, no sólo porque pagaban su protección con dinero contante y sonante que permitía la creación de un tesoro real, sino también porque servían fielmente a sus intereses hostilizando a los señores en defensa de su libertad comunal».

Remanentes del Medievo

El historiador pone énfasis en muy diversos fenómenos sociales y políticos que mantienen vigencia hasta nuestros días y cuyo origen está en el Medievo, como el ejercicio de un poder despótico en regiones acotadas (los cacicazgos de hoy), las disputas entre señoríos locales y monarcas nacionales, el papel de los guerreros que igual eran héroes que salteadores, la consolidación del papado como una institución que por temporadas alcanzaría más poder terrenal que espiritual…

Asimismo, las actuales guerras en Medio Oriente tienen un referente obligado en las Cruzadas, que surgieron con argumentos religiosos pero pronto adquirieron un carácter meramente mercantil, el cual quedó claro en la cuarta Cruzada. «Los caballeros franceses, se aventuran en una expedición comercial dirigida por los mercaderes venecianos que, al facilitar los barcos, exigieron una operación militar contra Constantinopla para fortalecer su posición mercantil en el centro vital del comercio de Oriente». La sexta Cruzada ya ni siquiera contó con el concurso del papado; el emperador de Alemania, Federico II, más que combatir optó por negociar con los musulmanes la ocupación de Jerusalén. Las guerras de la fe devinieron en diplomacia comercial.

Otros aspectos destacados del Medievo son el surgimiento de las universidades, el auge de la ciencia experimental (por fin separada de la teología), el desarrollo de la poesía lírica asociada a los goces terrenales, el surgimiento de la arquitectura gótica y la gestación de las primeras ideas de unidad nacional, de Estados nacionales, del individualismo y de los movimientos sociales y políticos de las clases no privilegiadas.

Exposición didáctica

Entre los aciertos metodológicos y expositivos de José Luis Romero está el abordar procesos históricos previos al siglo V, como antecedente del periodo conocido propiamente como Edad Media para no ceñir éste de manera rígida al periodo que va del siglo V al XV. Además, el autor relaciona múltiples episodios que se entrecruzan en tiempos y lugares para configurar tendencias sociales, económicas y políticas, para ofrecer un panorama en devenir permanente. Es la historia como un proceso continuo.

De manera general, la estructura de este ensayo sigue el enfoque histórico tradicional: temprana Edad Media (siglos V-IX), Alta Edad Media (siglos IX-XIII), Baja Edad Media (siglos XIII-XV). Sin embargo, maneja por separado el desarrollo histórico de los temas sociopolíticos y de los temas socioculturales. Esta bifurcación permite una lectura ágil de los diversos aspectos abordados y una sencilla integración de la información.

La Edad Media (Ed. FCE) es un libro rico y sugerente, revelador para quienes no son historiadores. Es además un ensayo que no se agota en una lectura, ofrece abundante información que invita a regresar a sus páginas para robustecer lecturas de esta época en temas como arquitectura, literatura, economía, política internacional, historia del arte y muchos otros.

José Luis Romero fue doctor en Historia, experto en historia románica y medieval, y miembro de la Medieval Academy of America, entre otras instituciones de estudio y enseñanza.

[ Gerardo Moncada ]

 

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